La importancia de la anatomía en el comportamiento humano

         La importancia de la anatomía en el                       comportamiento humano

Según la RAE (Real Academia Española), la anatomía, a parte de ser una ciencia que estudia la estructura y forma de los seres vivos, se define como la constitución o disposición de un ser vivo o de alguna de sus partes. 
Pero, ¿condiciona la anatomía al comportamiento humano?
La respuesta es sí. Nuestra anatomía ha ido cambiando a lo largo de miles de años de evolución, y esto también ha afectado a nuestra conducta. El desarrollo más significativo que hemos experimentado es el del cerebro, uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo. Alrededor de este se encuentran las neuronas, que forman parte del Sistema Nervioso y liberan neurotransmisores, sustancias químicas. 
El cuerpo se compone de varios sistemas, como el Nervioso Central o el Nervioso Periférico, pero en estos momentos nos vamos a centrar en el Endocrino, cuyas glándulas segregan hormonas. Estas, de cierta forma, controlan nuestro comportamiento, ya que determinan nuestros estados anímicos. Este hecho se observa por ejemplo en lo que llamamos el amor. Cuando nos enamoramos, la testosterona disminuye en los hombres, haciéndoles menos violentos, y aumenta en las mujeres, volviéndolas mas audaces. El cortisol incrementa en ambos géneros, generando un ambiente de tensión, mientras que la serotonina se reduce. Cuando te enamoras, hay una desactivación de los circuitos cerebrales (la capacidad crítica desaparece) y las áreas de la corteza del lóbulo frontal. Al estabilizarse la relación (al año aproximadamente), se produce una sensación de calma y estabilidad, a causa de la serotonina y la dopamina. 
El comportamiento a causa de la anatomía también lo observamos en el desarrollo de la corteza prefrontal, que no se completa hasta pasados los veinte años, y es la encargada del pensamiento complejo, la toma de decisiones, la empatía... Esta es la razón de por qué los niños no son capaces de realizar estas funciones. Esto se explica con la historia de Phineas Gage, un obrero de ferrocarriles del siglo XIX que, a causa de un accidente, atravesó su cabeza con una gran barra de metal. Así, pasó de ser un hombre prudente y responsable a alguien irregular, impaciente y blasfemo.
Con estos ejemplos podemos observar cómo la forma en que funciona nuestro cuerpo condiciona nuestra manera de comportarnos.

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