Los alumnos y las cámaras en clase

Los alumnos y las cámaras en clase

A causa de la gran pandemia mundial en la que estamos envueltos, los centros de educación se han visto obligados a tomar medidas para que, aunque no pudieran acudir treinta alumnos a una misma clase, todos la presenciaran. Entre estas medidas se encuentra la de colocar cámaras en cada aula, con el fin de que los estudiantes, el día que no pudieran asistir a la lección (pues las clases están divididas para que no se formen grandes agrupaciones), pudieran seguirla.

Sin embargo, ha habido una gran disputa acerca de este tema, ya que muchos maestros desean que sus pupilos enciendan la cámara del ordenador para comprobar que están atentos a lo que se está explicando. Algunos incluso han llegado a imponerlo como una obligación. Una gran cantidad de estudiantes, no obstante, están en desacuerdo. La pregunta es, ¿por qué no lo secundan?

Una de las razones que pienso que inciden en esta opinión es la vergüenza. Y es que, desde hace casi un año, toda la población debe llevar mascarilla al salir de casa. Desde entonces, muchas personas muestran un cierto recelo a mostrar la cara cuando se les presenta la oportunidad. Esto ocurre, quizás, por miedo a que los demás no les vean tan atractivos como ellos desean, ya que al tener la cara medio tapada la mayor parte del tiempo, lo que resta se deja a la imaginación. También se debe tener en cuenta el hecho de que los estudiantes de instituto están en esa edad en la que no terminan de estar a gusto con su cuerpo. Al sentir una cierta inseguridad, les resulta un problema.

Por otro lado, creo que también es cuestión de privacidad. Los alumnos sienten vulnerada su intimidad al saber que van a ser observados en su propio domicilio. Además, les resta libertad, pues aunque estén atendiendo a la clase, se verán tentados en algún momento de levantarse por cualquier motivo o de mirar el móvil.

Como conclusión, opino que la obligación de poner la cámara o no debería variar en función de la edad de los alumnos. Es decir, a los estudiantes de una edad más avanzada no se les debería imponer el encender la cámara o no. Por ejemplo, las personas que están cursando primero y segundo de bachillerato deberían elegir por sí mismos si conectarla, ya que prestar atención a la asignatura se encuentra bajo su propia responsabilidad, asumiendo ellos mismos las consecuencias si no lo hacen. Por el contrario, los estudiantes con una edad menor sí deberían ser obligados a ponerla, ya que generalmente no son lo suficientemente maduros para entender cuál es su deber, y por lo tanto, lo eludirán.

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