EL SÍNDROME DE ASPERGER

¿Sería bueno que, si se diera el caso de que un compañero de clase tuviera el síndrome de Asperger, tanto los profesores como los alumnos los supieran?

El síndrome de Asperger (AS) consiste en un trastorno del neurodesarrollo que se engloba dentro de los trastornos del espectro autista (TEA). Este suele diagnosticarse entre los cuatro y los once años de edad, y lo caracterizan su usual dificultad para la comunicación y la socialización. Sin embargo, las personas que lo padecen se diferencian de las que poseen autismo en que tienen un lenguaje fluido y una capacidad intelectual media o superior a esta.

La respuesta a la pregunta que se nos plantea me resulta obvia, aunque comprendería que mi opinión no fuera compartida por todo el mundo. A mi parecer, si un alumno tuviera este síndrome, sería beneficioso que tanto los profesores como sus compañeros fueran conscientes de ello, pues facilitaría la comprensión de su comportamiento. Entiendo que puede haber discrepancias, ya que en la humanidad siempre ha existido una tendencia a discriminar lo que no es etiquetado como "normal", y por ello muchas personas tanto con este síndrome como con muchos otros han sufrido acoso y maltratos físicos y mentales. Sin embargo, esto podría solucionarse con una educación adecuada desde temprana edad. Hacer comprender a los niños que hay personas diferentes a ellos, y que eso está bien, es fundamental.

En el vídeo que hemos visualizado sobre este tema, muchos de los entrevistados alegaban que en ocasiones habían cambiado su comportamiento, actuando como un neurotípico para no ser juzgados. Y el hecho de que una persona sienta que debe obrar de una forma que no es la suya, por miedo a que la gente no le acepte, es lo más deplorable que posee nuestra sociedad. Todos deberíamos tener el derecho de ser como somos sin temor a que se nos acose por ello.

En definitiva, en mi opinión, si un alumno padece el síndrome de Asperger, que sus profesores y compañeros tuvieran esta información sería beneficioso, siempre y cuando exista una educación y un mínimo de moral por su parte. Las personas con AS no son tan diferentes de nosotros, los neurotípicos. Sienten empatía, aunque de una forma distinta de lo usual, y también cariño, aunque no lo demuestren de igual manera. Puede que sientan una necesidad más imperiosa que los demás de estar solos, o no entiendan un lenguaje que no sea literal, pero el no ser igual que los demás no debería ser objeto de burla. No juzguemos nuestras diferencias, celebrémoslas, pues nos hacen únicos.